miércoles, 2 de mayo de 2007

Historia con moraleja

Bienvenidos a mi blog!!
Esta página se va a convertir en una especie de bitácora electrónica para que uds. puedan estar al tanto de lo que vaya sucediendo a lo largo de mi viaje.
A pocos días de partir, me pareció piola inaugurar el relato con una hisoria simpática. La misma grafica un poco esto de que a veces para concretar determinadas cosas, hace falta "algo más" que simplemente tener ganas de hacerlas. Este viaje apareció en mi cabeza hace bastante tiempo (más precisamente desde que ví la película: Diarios de Motocicleta, hace prácticamente 1 año). Es loco como algunos hechos generan que uno pase del deseo y la planificación a la acción! Por eso, les dejo una frasecita para meditar: "No son tan importantes las cosas que suceden, sino qué es lo que uno hace con eso que sucede"




Un millonario brindaba una fiesta en el patio de su mansión.
En determinado momento, luego de pedir silencio, dijo señalando la piscina que usaba como criadero de cocodrilos australianos:
- El que se anime a cruzar nadando la pileta entre los cocodrilos y salga vivo, ganará todos mis automóviles...

Boquiabiertos, los invitados permanecieron en silencio… al advertir eso, el millonario retrucó:
- El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir vivo, ganará todos mis automóviles y además mis aviones... ¿Alguien se atreve?.-

El silencio persistió y una vez más el millonario ofreció:
- El que se lance a la piscina, la cruce nadando y salga vivo, ganará todos mis automóviles, mis aviones y mis mansiones...

En ese momento, sorpresivamente un hombre salta a la pileta.
La escena es impresionante... Una lucha intensa, el hombre se defiende como puede, agarra la boca de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los reptiles... Dios mío... Mucha violencia y emoción…

Después de algunos minutos de terror y pánico, el valiente hombre finalmente sale vivo de la piscina, lleno de arañazos y hematomas.

El millonario se aproxima, lo felicita y le pregunta:

- ¿Dónde quiere que le entregue los automóviles?-

- Gracias, pero no quiero sus automóviles…

Sorprendido, el millonario pregunta:

- Y los aviones... ¿Dónde quiere que se los entregue?-

- Gracias, pero tampoco quiero sus aviones....

Extrañado por la reacción del hombre, el millonario insiste:

- ¿Y las mansiones?-

- Yo tengo una linda casa, no necesito de las suyas. Puede quedarse con ellas...

Impresionado, el millonario le dice:

- Pero si Ud. no quiere nada de lo ofrecido, ¿Qué quiere entonces?.-

Y el hombre respondió muy irritado:

- ¡Encontrar al hijo de mil p… que me empujó a la piscina!-



Moraleja: Muchas veces necesitamos de un empujoncito para animarnos a realizar ciertas cosas… y, en algunos casos, hasta un hijo de p… nos puede ser útil para eso.